Los conceptos de patria y libertad
adquieren consistencia, espesor y trascendencia más allá de las ideas y
definiciones. Se trata de dimensiones que se viven, sienten y experimentan en
carne propia en una serie de manifestaciones: el apego al suelo donde hemos
nacido o vivimos; en la nostalgia y adhesión por la tierra donde expresamos
nuestro primer hálito vital; en el apego al suelo que generosamente nos acoge y
modela; en la fraternidad con el hermano, el amigo, el pueblo en crisis y en la
lucha por salir adelante; en los tormentos de la esclavitud y en la lejanía del
destierro; en la comunión de logros e ideales…
Como tema de literatura los
conceptos de patria y libertad encuentran cauce apropiado en la poesía social,
histórica y cívica, así como en la oratoria patriótica y en la conferencia. En
cambio poco aparece en el relato, aunque siempre hay algunos ejemplos ilustrativos.
ANTECEDENTES
La revolución de Túpac Amaru,
sangrientamente reprimida produjo una intensa producción de coplas y pasquines,
recogidos principalmente por el padre Rubén Vargas Ugarte en “Nuestro
cancionero”, así como por Luis Alberto Sánchez (“Literatura peruana”) y Emilio
Romero (“El romancero tradicional en el Perú”). Una décima alusiva recogida por
el mencionado sacerdote e historiador dice:
Túpac Amaru, americano
Rey, nuestro libertador
sólo trató con rigor
al europeo tirano,<
Rey, nuestro libertador
sólo trató con rigor
al europeo tirano,<
Al patricio, fiel, humano
ampara y hace favores
sin distinción de colores
es con todos muy amable
y por justo, inimitable
a sus competidores.
ampara y hace favores
sin distinción de colores
es con todos muy amable
y por justo, inimitable
a sus competidores.
Al año siguiente de la masacre de
Tinta, el limeño José Baquíjano y Carrillo en la toma de posesión de mando del
Virrey Agustín de Jáuregui, en la casona de San marcos habría de advertirle a
su señoría de que si no se corregían los abusos “hasta los muros de la
universidad serían insurgentes”.
También en 1792, con ocasión del
III Centenario del Descubrimiento de América, el concepto de patria la leemos en la proclama del arequipeño Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, que en su
célebre “Carta a los españoles americanos” desarrolló un concepto transnacional
porque “Nuestra patria es América”. También afirmaba convencido: “América
reunirá las extremidades de la tierra y sus habitantes serán atados por el
interés común de una sola y grande familia de hermanos”.
En vísperas de la independencia los
anhelos de libertad se plasmaron en los versos anhelantes de sentimiento nacionalista
andino y telúrico que entonó Mariano Melgar en sus raigales y románticos
yaravíes, como reafirmación de que no hay romántico que no anhele la libertad.
EMANCIPACIÓN
Y POESÍA
La revolución emancipadora produjo
sugerentes coplas y canciones en las que se instaba a quebrar el “yugo
intolerable” y a formar Juntas Independientes. Simultánea y con sugerente
picardía, se acusaba a Lima (“la zamba vieja”,) de constituir el centro de la
reacción y dominio español y virreinal:
Arequipa ha dado el sí
y Cuzco la seguirá
con La Paz, pero entre tanto
arrebujada en su manto
la zamba vieja ¿qué hará?
Dirá con mucho gracejo
Vayan todos a la porra
yo quiero mi mazamorra
y no exponer mi pellejo.
Ea, zamba, vuelve en ti.
Vayan todos a la porra
yo quiero mi mazamorra
y no exponer mi pellejo.
Ea, zamba, vuelve en ti.
También la lucha por la
independencia encontró su medio de expresión en los insinuantes romances y
letrillas, que rápido desembocarían en la “canción patriótica, de tono más o
menos marcial y portadora de mensajes de libertad, patria y resurgimiento de la
causa pro indígena, junto a estampas costumbristas, como la popularísima
“Canción de la chicha”:
Patriotas, el mate
de chicha llenad;
alegres brindemos
por la libertad.
de chicha llenad;
alegres brindemos
por la libertad.
A la inversa, con la “Canción
marrana” se replicaba a los patriotas, empleado el duro adjetivo de “marranos”
con que los españoles designaban a los libertadores, empleando la misma
denominación que siglos antes sus antecesores aplicaran a los judías. Una de
las más populares de la época era aquella en que se atacaba a los patriotas y
seguidores de San Martín:
¡Qué patria tan pieza
tan llena de engaños
centro de los vicios
y de los tiranos!
A Lima vinieron
cuatro mil marranos
muy largos de uñas
en los pies y manos.
Estos se nombraban
patriotas y hermanos
pero sus hechuras
sólo son de diablos.
tan llena de engaños
centro de los vicios
y de los tiranos!
A Lima vinieron
cuatro mil marranos
muy largos de uñas
en los pies y manos.
Estos se nombraban
patriotas y hermanos
pero sus hechuras
sólo son de diablos.
REAFIRMACIÓN
Y CONSOLIDACIÓN
En plenos afanes y ajetreos por
consolidar la causa libertaria, encontramos ese breve, extraordinario y
premonitorio elogio del sacerdote de
Sicuani, José Domingo Choquehuanca, ante el libertador Simón Bolívar:
“Sois, pues, el
hombre de un destino providencial. Nada de lo hecho atrás se parece a lo que
habéis hecho; y para que alguno os imite será preciso que haya otro mundo por
libertar. Habéis fundado cinco repúblicas que, en el inmenso desarrollo a que
están llamadas, elevarán vuestra gloria a donde ninguno ha llegado”.
De esos mismos días es la famosa
“Oda a la Victoria de Junín”, que compuso José Joaquín Olmedo en homenaje de
Bolívar.
En este recuento también nos
encontramos con la formidable pluma de Abraham Valdelomar, el fino y elegante
escritor modernista, el de más intenso sentimiento nacionalista, el de mayor
fervor patriótico, el de permanente trascendencia cívica, como se puede
apreciar en la serie de prosas, conferencias y discursos incluidos en el raro,
escaso y casi inubicable “La aldea encantada”, cuyos textos son lecciones
imperecederas para maestros, alumnos, padres y pobladores de este país en
general. Lamentablemente, es posible que nuestras escuelas y colegios actuales,
así como los populares y poco manejables planes lectores de ahora los ignoren y
pasen por alto. En dicho libro o en antologías escolares aún están: “El sueño de San Martín”, la
leyenda que inspiró los colores de nuestra bandera y la escarapela. Allí
también está el formidable discurso “Invocación a la patria”, aquel que dice:
“La Patria es orgullo
santo, y nosotros no tenemos orgullo. La Patria es haz de voluntades y nosotros
somos abúlicos; la Patria es tea luminosa y radiante, y nosotros en las
tinieblas; la Patria es fraternidad, concierto de afectos, uniformidad de
sentimientos, y nosotros somos desunidos y nos hacemos daño unos a otros; la
Patria es orden y respeto, y nosotros desordenados; la Patria es acción, y
nosotros somos indolentes; la Patria es Libertad, nosotros tenemos esclavos; la
Patria es abnegación, y nosotros somos egoístas; la Patria es Dios, y nosotros
somos fanáticos! Escuchad compatriotas, la voz de nuestra niñez; dadnos lo que
pedimos fervorosamente, dadnos Patria!”
En esta misma obra también
encontramos la imperecedera e insuperable prosa “Bandera, ala de la Victoria”,
pletórica de sentimiento supremo de peruanidad y exaltación supremo del símbolo
patrio. Bien leemos allí:
“Bendita seas, porque
en tus rojos pliegues está la sangre de mi sangre, la sangre de mi padre y de
mi madre, la sangre de mis abuelos, la sangre que por ti derramaron todas las
generaciones; bendita seas porque pensando en ti los hombres nos haremos más
buenos; porque viviendo en extrañas tierras en tu imagen sentiremos el beso de
la madre, de la hermana, el afecto lejano
y bienestar distante, bendita seas, porque tu encarnas el ideal sobre la
tierra; porque eres el ideal mismo hecho ala en el viento y pliegue bajo el
azul del cielo”.
Y también encontramos la sensitiva
y creyente “Oración a San Martín”. Pero eso no es todo, porque el más importante
cuento de Valdelomar, “El caballero Carmelo”, tiene por escenario y ambiente la caleta de
San Andrés de los Pescadores, precisamente en la celebración de fiestas
patrias.
En la continuación de este
recuento, de fines del siglo XIX y a raíz de la guerra con Chile, Manuel
González Prada enarboló su palabra ardiente y radical en el famoso “Discurso en
el politeama”, en el que llamaba a la acción a los jóvenes en vez de los
caducos, rutinarios, cansados y entreguistas.
Ya en la segunda mitad del siglo
XX, con la afirmación de la narración indigenista, uno de sus iniciadores,
Enrique López Albújar también habría de perfilar el tema libertario y
patriótico tanto en su poesía como en sus cuentos. Ejemplos de la primera es
“La bandera”; y del segundo, el tenso y emotivo relato ambientado en Huánuco
“El hombre de la bandera”.
Más cercanos a nosotros nos
encontramos con las entregas poéticas de Javier Heraud, también romántico y
revolucionario, pletórico de sentimientos de libertad y justicia, que fue
acribillado en Madre de Dios y que escribió:
“Porque mi patria es hermosa
como una espada en el aire
y más grande ahora y aun
y más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo con mi vida”.
como una espada en el aire
y más grande ahora y aun
y más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo con mi vida”.
De los años 70, en el contexto de
la revolución de las fuerzas armadas, adquirió especial popularidad el emotivo
poema de Alejandro Romualdo Valle “Canto Coral a Túpac Amaru”.
Concluimos, por ahora, este
recuento, con un libro de marcada intención didáctica dirigido expresamente a
los niños. El título es de por sí harto elocuente: “Mi patria es muy linda: Se
llama Perú”, de la maestra y poetisa patacina Aída Vida Arias”, creadora de
hermosos poemas de inspiración, temática y destinatario patrióticos y
libertarios. Todo su libro es un ofertorio en el altar de la peruanidad,
porque:
Mi patria es muy linda,
se llama Perú;
y está acostadita
junto al Mar del Sur.
se llama Perú;
y está acostadita
junto al Mar del Sur.
Sus mares, su selva
su pintoresca sierra
los más opulentos
tesoros encierra.
su pintoresca sierra
los más opulentos
tesoros encierra.
BALANCE PROVISIONAL
Seguramente los autores incluidos
en este recuento no son los únicos; pero los mencionados y citados son
altamente representativos. Sus creaciones deben considerarse solo como muestra,
que puede y debe ampliarse. En todo caso, en estos tiempos de descomposición
social, de pérdida de los valores de identidad, de los anhelos irrenunciables
de libertad y justicia, debemos contribuir a la afirmación de los valores y
creaciones de nuestra patria.
Saniel E. Lozano Alvarado
Escritor y profesor universitario
Escritor y profesor universitario
sanielozanoal@hotmail.com
Nota: Estos textos se publican en el diario “La Industria”, de Trujillo, así como se
transmiten todos los miércoles a la 1.00 p.m. en “La Ventana Cultural”
del Radioperiódico “La Voz de la Calle”, de Radio Libertad.
transmiten todos los miércoles a la 1.00 p.m. en “La Ventana Cultural”
del Radioperiódico “La Voz de la Calle”, de Radio Libertad.
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